Luna Miguel te muestra su corazón roto
Luis Adrián Ramírez
Acercarse al mundo de Luna Miguel desde su ensayo 'Caliente' es contemplar un tornado que suspende ideologías, educación, dramas, rencores, visiones, cajas secretas, autoras, heridas y un infierno.
Ella es editora y escritora de España y en noviembre cumplirá sus 31 años de edad y de secretos que guarda en la Santa Inquisición.
A partir de su cuerpo desentraña los demonios que viven en ella, lo que conforma un infierno que va analizando a lo largo de su obra de forma íntima y magistral: lo que está mal, lo que el hombre sí puede hacer sin ser visto como el mal, lo humillante, lo vulnerable. En fin: la sexualidad oprimida.
Entonces, esta obra es una oportunidad de reeducarse, tanto para hombres como para mujeres. Para que los dos vean que tanto daño hacen y se hacen "al mirarse al espejo y no odiar ni amar" lo que cada uno ve. Luna Miguel llama a reinventar el cuerpo.
"Si no conocemos nuestro cuerpo, si tenemos miedo a tocarlo y si no sabemos cómo funciona, nunca podremos decidir cómo, ni con quién ni para qué queremos utilizarlo", enseña la joven autora.
En otro apartado, Luna denuncia la barrabasada de la mutilación genital, la sinvergüenzada de la medicina al educar, en toda la extensión de la palabra, a generaciones y generaciones, sobre la reducción de la vagina, y todo lo que conlleva semejante reducción, haciendo invisible esa zona del cuerpo "maltratada por el lenguaje".
Infantilizar no es educar.
La sumisión no es educación.
Hacer visible a las mujeres es una misión de Luna Miguel en 'Caliente', y emprende su legado de la mano de autoras como Julia Kristeva, Anaïs Nin, Annie Ernaux, Carolina Sanín, Marina Tsvietáieva, por mencionar solo algunas.
"Caliente", además, es un homenaje a todas las escritoras "que lo arriesgaron todo".
Lector, atrévete a leer a Luna Miguel.
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